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Camiones y transporte logístico: una historia apasionante

El camión es sin duda uno de los reyes del transporte logístico, aunque no siempre fue así. Su historia es la historia de la evolución de la tecnología a lo largo del siglo XX. Hoy repasamos los principales hitos en la evolución del transporte de mercancías en camión desde que nació hasta hoy.

  1. Prehistoria del camión

Antes de la aparición del motor, los responsables de transportar los remolques con mercancías eran los caballos, siempre en trayectos cortos. Los “transportistas” de entonces ni remotamente podían soñar con las distancias que se recorren hoy por carretera en apenas horas. En el siglo XIX se populariza el camión de vapor, que es el antecedente inmediato del camión a motor. Éste nace oficialmente en 1895 en Alemania: Su creador es Karl Benz y es el primero con motor de combustión interna. Los más evolucionados de esta primera especie podían transportar hasta 2 toneladas de carga.

  1. Primera Guerra Mundial

Muy a menudo son los conflictos bélicos los que, por necesidad, agudizan el ingenio de científicos e ingenieros. Sucedió así con el camión: Fue a raíz de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) cuando se introdujeron los neumáticos de caucho y las cabinas cerradas para los conductores. Se desarrollan también motores más potentes y de mayor cilindrada. Renault y Ford entran en el mercado con modelos cada vez más perfeccionados.

  1. Llega el diésel

Con camiones cada vez más parecidos a los actuales, estos vehículos dan un enorme salto en sus capacidades en los años 30 del siglo XX, cuando empieza a generalizarse el uso de motores diésel. Éstos habían sido inventados en 1883 por la firma Man, pero tardarían en afianzarse todas estas décadas. El bajo consumo y alto rendimiento del diésel significarán toda una duradera revolución.

  1. La revolución verde

A menudo las rutas que los camiones recorren son siempre las mismas y todo se conoce, por repetido, al milímetro. Otras veces, en cambio, no es así: Hay nuevos clientes, proveedores y circunstancias accidentales que varían los planes. Sea de un modo u otro, para lograr una conducción eficiente y ahorrativa no hay como planificar bien la ruta y adelantarse a todo posible imprevisto: paradas, tramos complicados, obras y desvíos provisionales. Con todo, sabemos que la carretera siempre puede guardar sorpresas.

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